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“Ojalá pueda disputar este verano mis quintos Juegos, pero soy pesimista por el COVID-19”

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El castellonense Pablo Herrera, de 38 años, es una leyenda del vóley playa español que sigue dando mucha guerra. La clasificación para los Juegos la tiene en el bolsillo junto a su compañero Adrián Gavira y juntos preparan en Tenerife una temporada repleta de incertidumbres.

  • Os habéis instalado ya en Tenerife para preparar la temporada y los Juegos de Tokio. ¿Cómo van respondiendo las piernas?

Poco a poco. Después de tantos meses sin saltar, nos vamos acoplando. Hemos terminado la primera semana de trabajo y nos vamos adaptando a la arena, además de meterle trabajo a las piernas.

  • Aún no tenéis el billete para los Juegos de Tokio de este verano y el calendario pende de un hilo. ¿En qué situación estáis?

Nosotros estamos el 10 o 12 en el ranking y directamente entran a los Juegos los 17 o 18 primeros. El resto de plazas salen de los torneos preolímpicos que se tenían que jugar y que sinceramente creo que es imposible que se disputen por el COVID-19. Hablaban de hacer una burbuja en el primer torneo, que es en marzo en Doha, y de ahí sacar las plazas pero creo que no se va a poder hacer.

  • ¿Crees que este verano se podrán celebrar los Juegos?

Es la pregunta del millón. Yo soy pesimista, el otro día lo hablaba con Adri… Las noticias que llegan del Gobierno de Japón no son buenas y el otro día leía una encuesta a la población de allí en la que dejaban claro que no les hacía gracia que se celebraran los Juegos… No lo veo nada claro.

  • Serían tus quintos Juegos. ¿Hay algún deportista español que haya disputado tantos?

Creo que el marchador Bragado lleva siete u ocho Juegos y aún sigue dando guerra. Pero la verdad no es algo que me obsesione, cada año intento disfrutar al máximo hasta que las rodillas aguanten.

  • El premio gordo lo conseguiste en tus primeros Juegos, con la medalla de plata en Atenas 2004 con Javier Bosma de pareja. ¿Qué recuerdos tienes de aquello 17 años después?

Pues mira, yo tenía entonces 22 años y Javi 36. Él me decía que no era consciente de lo que había conseguido y es verdad. Ahora valoras lo difícil que es clasificarte para unos Juegos y no hablamos ya de conseguir medalla. Un mes antes de Atenas estábamos jugando muy bien y ganamos en China a los brasileños que después se llevaron el oro, pero en ningún momento pensábamos que podíamos llegar a las medallas.

  • Después repetiste novena plaza en Pekín, Londres y Río. ¿En qué Juegos crees que pudistéis llegar más lejos?

En Pekín, con Raúl Mesa, nos tocó el pase a cuartos con Estados Unidos y se nos fue un partido igualadísimo, creo que podíamos haber conseguido el diploma olímpico como mínimo. Luego a Londres, con Adri, llegué fatal de la rodilla, prácticamente cojo. Adri se portó muy bien, dijo que yo tenía el mismo derecho que él a disfrutar de los Juegos y después la competición no fue tan mal. Hicimos buenos partidos y perdimos en el “tie break” con la pareja estadounidense que era número uno. Por último, en Río nos tocó con la pareja brasileña y fue imposible porque jugaban en casa y se hicieron muy fuertes.

  • ¿Crees que en la actualidad hay más dificultad por el nivel físico de la nueva generación de noruegos, alemanes y rusos?

Los noruegos están a otro nivel. En los dos últimos años han ganado casi todas las pruebas con mucha superioridad. Los rusos y los italianos también vienen pisando fuerte, pero es lo normal, que las nuevas generaciones quieran abrirse hueco.

  • ¿Te ves siguiendo los pasos de Raúl Mesa (tu pareja en Río) y jugando en pista para matar el “gusanillo”?

Creo que no me va a dar el físico para volver a la pista. Me gustaría, pero no lo veo. A mis rodillas ya les está costando en la arena, imagínate en la pista. Sigo muy de cerca al L’Illa Grau, el otro día les vi en directo, y estoy al pie del cañón con toda la gente del club. No sé qué haré cuando cuelgue las botas en la pista, pero seguro que me tomaré uno o dos años tranquilos para disfrutar de la familia. Después seguiré vinculado al deporte, pero no se de qué manera.